Pollo con sabor, en pocos pasos

El pollo es versátil en la cocina y apreciado en la dieta pero con algunos pocos pasos podrá aportarle un mejor sabor. 

La piel es recomendable dejársela durante el asado o rostizado para evitar que pierda sus jugos naturales  o que su carne absorba tanta grasa  mientras se cocina. Sin embargo, para otros métodos de cocción es recomendable eliminar la piel.

 

Asimismo, antes de cocinar, podrá  introducir ciertas hierbas entre la piel y la carne para  potenciar los sabores. Una excelente aliada es la marinada, simplemente se agrega al pollo antes de la cocción y se deja en reposo dentro de la refrigeradora por un par de horas y estará listo para cocinarse.

 

Su función es proteger la carne durante su cocción  del fuego intenso. El tiempo varia de acuerdo al tipo de producto, si es un filete será menor a un pollo entero por ejemplo y también considere el nivel de acidez y otros elementos que conformen la marinada.

 

Las marinadas están compuestas por aceite, un elemento ácido como el vinagre o cítricos y especias, hierbas y ciertos vegetales picados como cebolla, ajo o puerro.

 

Los líquidos de la marinada, sirven para estar bañando las piezas de pollo durante su cocción o  para aromatizar mejor con el resto de ingredientes de las salsas, pero siempre deberán hervir por unos minutos para garantizar que se hayan cocinado.

 

La sal juega un papel primordial para sazonar las comidas y condimentar en combinación con especias secas o frescas, pero siempre en su medida justa para que  prevalezca el sabor del pollo  de forma natural y no enmascarar el mismo.

 

El pollo combina bien con los siguientes condimentos: comino, orégano, jengibre, pimienta, cayena, canela, curry, clavo, cardamomo y hierbas aromáticas como: perejil, hierbabuena, té de limón, entre otros.

 

Algunos métodos recomendados para cocinar el pollo son: hervido, estofado para lo que se necesita primero sellar en aceite caliente  y luego cocinar lentamente con jugos o vinos. Braseado, a la plancha, a la parrilla o  salteado, entre otros.

 

Se podrá también comer delicioso y cuidar la dieta, busque, entonces el mejor método de cocción, agregue poca grasa y sal, pero recurra a los condimentos y hierbas aromáticas para resaltar los sabores.

 

Otra excelente opción para preparar un pollo grande es con relleno.  Los rellenos son variados: con la misma carne, arroz cocinado y frío, mezcla de vegetales en cubitos, hongos, hierbas, etc.  Cierre bien o cosa y lleve al horno. Podrá aromatizar y humectar con jugo de naranja, vino o cerveza mientras  lo hornea.

 

El pollo deberá alcanzar la temperatura de cocción óptima de  165ºF.

para que sea un producto seguro para comer, es decir fuera de la zona de peligro que podría llegar a enfermar. La temperatura de servicio también importa para disfrutar de mejor manera. Si se sirve caliente el platillo, no necesita sobre condimentar.

 

Finalmente el platillo es un conjunto de aromas, sabores, texturas, alturas, colores y temperaturas para hacer apetecible desde el primer momento.

 

Si te  ha gustado este artículo, recuerda compartirlo con tu red de contactos  en Facebook, twitter, linkedin. ¡Gracias!

Compartir





Agregar Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



Entradas relacionadas