Qué mejor que comenzar una comida con una ensalada, ya que que es un platillo ligero y refrescante. Asimismo, ofrece beneficios para una dieta saludable, a través de unir diversos ingredientes en un platillo único y darle volumen al mismo, por medio de hortalizas de hojas verdes, vegetales, legumbres o incluso frutas, entre otros.
Para aquéllos que deben cuidar la ingesta de calorías, es altamente apreciada, pero por supuesto habrá que controlar el tipo de ingredientes a emplear o la cantidad y por sobre todo el aderezo seleccionado para evitar el nivel de grasas en el mismo. El cometido de la vinagreta o del aderezo será realzar el sabor, sin llegar a dominarlo.
Nutricionalmente hablando, las ensaladas proveen de vitaminas, minerales y fibras naturales, estimulan el apetito y contribuyen a la digestión. La mejor manera de consumir estos alimentos es de forma cruda porque la cocción elimina las vitaminas hidrosolubles y es asi como la ensalda cumple con su cometido.
Se espera que toda ensalada guste y con un poco de creatividad se puede ir más allá de la combinación simple de la lechuga, tomate, cebolla, vinagre y aceite.
Como cualquier platillo, se busca que la ensalada sea apetecible a la vista y al unir varios ingredientes frescos, los colores podrán ser llamativos y agradables. El primer paso consistirá en adquirir ingredientes de calidad y mejor aún si son de temporada para que estén lo más frescos posible.
Otras recomendaciones a tomar en cuenta; seleccione entre la gran variedad de las hojas verdes, porque además de la tradicional lechuga, está la espinaca o el kale o col rizada, o las hojas de la remolacha , etc. Considere que las lechugas de hoja oscura son más nutritivas que las de hoja clara. Recuerde, que así mismo podrá incorporar elementos como pasta, arroz, papa o legumbres para hacer aún más rica en nutrientes.
Perfume e intensifique los sabores con especias o hierbas aromáticas o jengibre fresco. Decore con semillas de marañón o manías o ajonjolí o pepitoria tostadas, aportará colorido y una textura crujiente.
Prefiera las vinagretas que son menos calóricas que los aderezos cremosos. Si prefiere evitar el vinagre, utilice jugos de frutas o de cítricos como naranja, mandarina o limón y combine con aceite de oliva, pero en menor cantidad: 2 partes de aceite por una de vinagre. Incluso sustituya el aceite por semillas de chan o chía hidratas con jugo de limón o limonada. y condimente con especias como orégano o semillas de mostaza. Sí su gusto va más por los aderezos, sustituya la mayonesa o crema por yogur, logrará una consistencia agradable, más fresca y menos calórica.
La calidad y cantidad del vinagre también cuenta. Existen diversas variedades de vinagre como el de sidra que es ideal para las ensaladas de frutas, de vino tinto o blanco, de jerez, de arroz o los saborizados con base a hierbas como laurel o tomillo. Otra variante muy apreciada es el balsámico que ofrece un gusto agridulce. Siempre cuide el grado de acidez de los ingredientes de la ensalada, como pueden ser las alcaparras, tomate o aceitunas entre otras, para que el vinagre evite hacerla aún más ácida.
Finalmente, disfrute del placer de cocinar, de reunir todos los ingredientes que le gustan en un único y saludable platillo.